La democracia representativa, también conocida como democracia indirecta, es una forma
de gobierno donde los ciudadanos ejercen el poder político a través de
sus representantes, elegidos mediante sufragio, en elecciones libres y
periódicas.
En teoría, el titular del poder político es
el soberano, es decir, el pueblo pero no lo ejerce por sí mismo. En este
sentido, la democracia indirecta surge debido a las dificultades que
conlleva el desempeño efectivo de todos y cada uno los ciudadanos de las
naciones de millones de personas como actor político ante el Estado, de
modo que se crea la figura de la representatividad.
Es por ello,
que la democracia representativa utiliza mecanismos de participación
ciudadana como la votación para investir legitimidad a los
representantes elegidos para que actúen y tomen decisiones en nombre de
sus representados.
Como tal, la democracia representativa es el
sistema político mayormente aceptado y empleado por las democracias del
mundo y es, además, el sistema característico de las naciones liberales.
Características de la democracia representativa
Una de las características básicas de este tipo de gobierno es la representatividad.
Esta debe ser sometida a la decisión de las mayorías, activados por
mecanismos democráticos para elegir, entre una serie de candidatos,
aquellos ciudadanos que representarán al pueblo ante las diferentes
instancias del Estado. En este sentido, existe la responsabilidad civil y
social de ejercer el derecho a voto para que el sistema representativo
funcione.
La representatividad se refleja especialmente a nivel
ejecutivo, en las presidencias, gobernaciones y alcaldías, y a nivel
legislativo, en congresos, cámaras o asambleas.
Otra
característica de la democracia representativa es la existencia de los
partidos políticos conformadas por ciudadanos que representan intereses e
ideologías de sectores específicos de la población. Los partidos
políticos son organizaciones legales y por lo tanto, sus candidatos
adquieren beneficios propios de organizaciones formales y regalías
legales frente a candidatos independientes., por ejemplo.
Como
toda democracia, se caracteriza por sus valores democráticos, por
garantizar derechos y bienestar ciudadana y regirse por principios
constitucionales y modelos democráticos.
Ejemplos de democracia representativa
La
democracia representativa puede combinarse con otras formas de
gobierno, generalmente republicana, que se fundamenta en la división,
equilibrio y mutuo control de los poderes, para garantizar las
libertades individuales.
Además, una democracia representativa
también puede presentar un sistema federal o centralista. El sistema
federal de organización política del Estado, está compuesto por
entidades o estados políticos, asociados y subordinados bajo un esquema
de gobierno federal pero con cierto nivel de autonomía en relación a su
gobierno y legislación.
En cambio, el sistema centralista no
otorga esta independencia en la toma de decisiones a otras entidades.
Democracias representativas, republicanas y federales son, por ejemplo,
las de países como México o Argentina en Latinoamérica. Democracias
representativas, republicanas y centralistas son, por ejemplo, las de
países como Chile y Brasil en Latinoamérica.
Democracia representativa y participativa
La
democracia representativa o indirecta se diferencia de la democracia
participativa o directa por sus mecanismos de participación.
El sufragio
es el mecanismo de participación por excelencia de la democracia
representativa. Por otro lado, los referéndums y plebiscitos son formas
de ejercer democracia directa. Tanto la democracia representativa como
la democracia participativa comparten valores democráticos.
Democracia semirrepresentativa
Como
democracia semirrepresentativa o mixta se conoce aquella que mezcla
características de las democracias tanto representativas como
participativas.
De esta forma, el pueblo elige a sus
representantes mediante el sufragio, de manera libre y periódica, y
además cuenta con la posibilidad de participar activamente en los
asuntos políticos, la toma de decisiones y la resolución de problemas de
interés público, mediante la activación de mecanismos constitucionales
de participación como las iniciativas populares, los referéndums o los
plebiscitos.
Un ejemplo de democracia semirrepresentativa lo constituye la República Oriental del Uruguay.
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