El 4 de julio del año mil novecientos ochenta y dos (1982) amaneció
en República Dominicana con una noticia estremecedora. En la madrugada
de ese día se había suicidado el presidente de la República, Don Antonio
Guzmán Fernández, disparándose en la cabeza, con su revolver personal,
en el baño del despacho presidencial.
Aunque fue auxiliado rápidamente por su seguridad y familiares, por
médicos prestigiosos en el entonces hospital Enrique Lithgow Ceara,
llamado también, El Marión, convertido luego en el hospital de Oncología
o el Oncológico, murió sin esperar ser traslado a Estados unidos, para
lo que había un avión ambulancia norteamericano y la orden por parte del
gobierno de ese país.
Ese día es el aniversario de la independencia norteamericana y este
hecho motivó a sus autoridades cancelar todas las actividades
programadas para tal ocasión en el país.
El presidente Antonio Guzmán culminaba en 43 días su mandato,
iniciado el 16 de agosto del año mil novecientos setenta y ocho, 1978,
luego de que su partido Revolucionario Dominicana, PRD, ganara las
elecciones del 16 de mayo de ese año. Había sido un valiente y eficaz
presidente, lo que le ha merecido por de la posteridad la excelente
valoración de ser el mejor expresidente de la República Dominicana en el
Siglo XX.
Esa valentía y eficacia de Don Antonio y su equipo de gobierno,
estuvo manifestada en las contundentes medidas, tomadas en poco tiempo,
desde el inicio de su cuatrienio, para confirmar el carácter democrático
y defensor de la soberanía y los derechos del pueblo dominicano.
Fue apodado con el nombre de “Mano de Piedra” Guzmán” en referencia a
ese gran campeón de boxeo mundial, el panameño, Roberto “Mano de
Piedra” Durán
¿Cuáles fueron estas históricas medidas?
La despolitización de las Fueras Armadas y la Policía Nacional, la
promulgación de la Ley que eliminaba la prohibición de las actividades
de izquierdas marxista, viajar a los países de la órbita socialistas y
que declaraba la amnistía de los presos y exiliados políticos. Abriendo
las cárceles y los aeropuertos para que regresen a sus hogares los
dominicanos que no comulgaban con el régimen del doctor Joaquín
Balaguer. Otra fue la libertad de cientos de presos políticos en
cárceles nacionales.
Otras medidas tomadas por el presidente Guzmán, ampliamente
aplaudidas por el pueblo, fueron el descongelamiento del salario mínimo,
el cual estaba “frisado” en 60 pesos desde hacía mas de 12 años, la
nacionalización de la mina de oro La Rosario de Pueblo Viejo, Cotui,
entre otras no menos impactante en la vida democrática del pueblo.
¿Por qué el apoyo a esas medidas? Veamos. El Gobierno del doctor
Joaquín Balaguer, llevaba doce años, tres periodos consecutivos, cuyas
reelecciones fueron impuestas con mordazas a la población, persecución,
apresamiento y desaparición a los contrarios políticos, a la juventud,
incluyendo, a los estudiantes universitarios y de los liceos secundarios
públicos en todo el país.
Los mártires de esa represión llenarían libros de centenares de
páginas, incluyendo a sus familiares que quedaron al desamparo, por
desofender o ser sospechosos de sustentar ideas criticas al sistema de
gobierno balaguerista, sustentado por una muy activa participación
política partidista de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y un
Antonio Guzmán fue postulado por el entonces progresista Partido
Revolucionario Dominicano, RD, liderado por el doctor José Francisco
Peña Gómez, quien es el autor y conductor de esa gran y eficaz
estrategia de vencer al doctor Balaguer en las elecciones del 16 de mayo
del mil novecientos setenta y ocho, 1978.
Los militares policías participaban, cual militantes partidarios
reformistas, en los mítines gobiernistas, blandían sus fusiles con
banderas rojas en sus cañones, abofeteaban y maltrataba a seguidores de
la oposición, llegando estos maltratos hasta a familiares cercanos, sin
importar las edades ni sexos.
Era tal, que, en sus caravanas por todo el país, el candidato recibió
atentados y prohibiciones de desarrollar sus actividades, de parte de
militares y policías de rango de mediana jerarquía, como capitanes,
coroneles, quienes cumplían órdenes de los dirigentes locales del
partido colorao en unos casos y de la mayoría del numeroso generalato de
los cuerpos castrenses y policiales, en otros.
El apandillamiento militar y policial era tan fuerte que el día de
las elecciones, después de muchos generales recorrer los recintos
electorales, amedrentando a votantes y funcionarios de las mesas, en la
madrugada del 17 de mayo, un grupo “ alzado” de generales detuvo el
conteo de las votaciones y produjo un fallido “Golpe de Estado”, el cual
encontró el rechazo natural de la población, de los organismos
internacionales, de la mayoría de los gobiernos con los que teníamos
relaciones diplomáticas, incluyendo, los propios Estados Unidos, cuyo
representante hizo guardia frente a la residencia del entonces
presidente candidato, doctor Joaquín Balaguer. Sin dejar de mencionar un
famoso jefe regional de la Línea Noroeste que vaticinó que en su
territorio no mandaría Don Antonio,
Antonio inició su mandato destituyendo los principales cinco
comandantes militares y al jefe de la policía, como inicio a la
despolitización de los cuarteles. A pocos días aumentó el salario mínimo
público, de 60.00 a 125.00 pesos mensuales. Pocos meses después decretó
la nacionalización del oro dominicano y luego logró que la compañía
Golf And Western pagara 37 millones de dólares que había dejado de pagar
al fisco.
Su gobierno fue conformado por hombres y mujeres de alta estima en la
sociedad, entre los que podemos mencionar: Rafael Adriano Valdez
Hilario, Hipólito Mejía, José Rodríguez Soldevilla, Vicente Sánchez
Baret, Julio Ibarra Ríos, Bienvenido Mejía, Leopoldo Espaillat Nanita,
Julio cesar Castaños Espaillat, José María Hernández, Ramón Martínez
Aponte, José Rafael Abinader, Eligio Jaques, Frank Rodríguez, Jesús de
la Rosa, Manuel José Cabral, Héctor Inchaustegui Cabral. Milton Ray
Guevara, Sonia Guzman, entre otros.
Don Antonio Guzmán fue sucedido en el mando por el licenciado Jacobo
MAjluta Azar, en su condición de vicepresidente y sus restos fue
sepultados en Santiago de los Caballeros, el día 5 de julio.
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